Dos palabras
Se admite como verdad axiomática, que los poetas son seres privilegiados que tienen la alta virtud de ennoblecer la existencia humana, y de reflejar á lo vivo el genio y la civilización característica de sus respectivos pueblos.
Por eso los verdaderos poetas y sus obras viven todo el ciclo del pueblo y de la civilización que reflejan.
En los pueblos de origen y cultura oriental donde las gradaciones de las gerarquías humanas concuerdan con las gradaciones de la fantasía, y donde por ello mismo la leyenda, la ley y el derecho han llegado con cierta naturalidad hasta subordinar los dioses inmortales al capricho de las veleidades humanas, y elevan al mísero hombre al centro de la divinidad sus poetas los genios de su cultura salvan esos contrastes con la grandilocuencia de su genial fantasía, elevando para el caso, cuando así conviene, á precepto religioso las creaciones de sus delirios idílicos.
En cambio, en la civilización occidental, en la ibérica ó sea la baska donde la cultura y el arte guardaron siempre, en todas sus múltiples manifestaciones, la más estrecha armonía con el criterio analítico de la razón, y donde por ello mismo le está prohibido al hombre trabucar hasta en broma, las inflexibles leyes de la naturaleza, sus poetas al revés de en otros pueblos y en otras civilizaciones son los guardianes del criterio, y los Caton de las buenas costumbres.
La Iliada y la Odisea, lo mismo que la mayoria de los poemas de su género, sean estos producto de civilizaciones antiguas ó modernas, son inconcebibles en lengua y cúltura euskara, porque jamás esta lengua podría autorizar las ficciones en que se tejen sus argumentos, debido, á que nunca el criterio propiamente basko, admite las trasgresiones del sentido común y de las leyes eternas.
Lo falso, aún en la poesía, para él es txorakeri frivolidad cosa impropia para recreo y enseñanza de hombres serios. Modalidad explicable si se tiene en cuenta, que el basko es esencialmente analítico, y que la necesidad de satisfacer la suspicacia ingénita de su espíritu le convierte en cultor devotísimo de la naturaleza, que le presta sus enseñanzas y le controla sus concepciones.
De aquí el carácter preciso y estable de la cultura euskara, y la causa de la atribuida sencillez de su literatura, lo mismo que la razón de que sus poetas sean más naturalistas que ideólogos ó si se quiere más concretos que líricos.
Debe sin embargo tenerse en cuenta al apreciar esa literatura baskongada, especialmente la poesía, que fuera de estos principios que reglan su naturaleza, ha contribuido también á esta.sencillez, su carácter generalmente popular; á que es obra de bersolaris, en su mayoría analfabetos, y todavía á que muchas de las composiciones que la forman, son improvisadas en metro y ritmo exigidos.
Y sin embargo, esta poesía popular es la más estimada del pueblo, porque es sin duda alguna la que mejor se ajusta al ritmo, al gusto, sentimiento y modismos que constituyen su alma.
A esta clase de poesías aunque en forma variada pertenecen la mayoria de las composiciones que son materia de este libro.
Pello Mari, como llaman á Otaño, con todo el cariño de su adhesión, sus erritarres, es poeta por natura: bersolari, de familia de bersolaris, y originado en tierra saturada de leyendas y ritmos baskos, en la cuenca del Hernio donde es fama se guardan con más pureza la lengua y costumbres baskongadas.
Pero Otaño aunque bersolari, por las exigencias de sus peregrinaciones en tierras lejanas, ha iniciado su espíritu en lenguas y culturas extrañas á la propia, sin por esto debilitar el estro heredado.
Es más, esta cultura exótica que motiva amasijos indigestos en nuestros escritores baskongados, robustece el estro originario en Otaño; en prueba de ello, pueden citarse como hermosos ejemplos de ello; Anaitasuna Aitona gizagaisoa, Elizakuak, Aita-semeak y Auntza larrera; composiciones que con Donostiya denotan sin duda cierta complejidad, pero en los que se reflejan nítidamente:las riquezas y virtudes de la. lengua y de la cultura genuinamente euskaras.
Esta esla razón de que la baskonia que hace doce años se consagra en esta tierra preferida de nuestra emigración, al cultivo y propagación de las letras baskongadas, haya correspondido gustosa a las instancias de estimados amigos, que deseaban la recopilación de sus más aplaudidas composiciones; tanto para difundirlas en obsequio del laureado poeta, cómo para presentar á los verdaderos amantes de las letras y del resurgimiento euskaro, la oportunidad de honrarlas, estimulando el talento y la constancia de autores que como Pedro María Otaño escriben por noble tensión del espíritu, sin propósito ni perspectiva de lucro inmediato, pero á espensas del tiempó y las ocupaciones que preveen á las exigencias de sus necesidades.
Es pues entonces justo, se recompensen esa inspiración, ese sacrificio y ese generoso espíritu que en su conjunto reflejan con tan feliz acierto las hermosas y fecundas virtudes de nuestra raza y de nuestra cultura, recreando el espíritu en sus enseñanzas.