XIV

las que estamos acostumbradas a esperar en los desiertos

nos alzaremos

una a una en los anocheceres del mañana

para dejar nuestros pasos sobre la arena.

enseñaremos a los niños a volar

para que sean capaces de

mecerse en el baile de las estrellas

que se balancean en los espejos del cielo.

a las que estamos acostumbradas a esperar en los desiertos

nos verán totalmente cambiadas

cuando lleguemos a las murallas

de las ciudades prósperas

y humildemente diremos:

           —no hemos cambiado

           el tiempo de la espera

           nos ha consumido.

y nadie nos creerá

las que estamos acostumbradas a esperar en los desiertos

cuando rasgando nuestras camisas

les mostremos

las cicatrices de las matanzas en el pecho

comenzarán a reirse.

al husmear el olor de la soledad se alejarán

y confesaremos

que por la soledad desnuda

hemos sobrevivido

las que estamos acostumbradas a esperar en los desiertos,

y oh, mi amor

cuando cantemos

sostenidas por la música del viento

veremos convertidas en polvo

las dulces miradas del recuerdo.

pero nos mojaremos en la amargura de la lluvia

para quemarnos en la eternidad.

           porque creemos que el desierto nos ha hecho tierra

           con la duda del barro nos vestiremos.

 

  © Itxaro Borda
   © itzulpenarena: Kape Fernández / Eli Tolaretxipi


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