LOS TRES DESEOS

 

El viento me trae un recuerdo.

Es la misma brisa

de cuando mi alma brillaba como las rocas.

Tenía dieciséis años y tres deseos:

cabeza de lechuza,

corazón de cierva,

sexo de pantera.

 

El viento, veinte años más tarde,

mece al Árbol de la Vida.

Contemplo los frutos maduros a sus pies,

cómo rezuman la ironía del tiempo,

cómo se pudren, impotentes y asombrados

por el hoy de aquella joven que se rebautizó a sí misma

Yo Soy Yo y Sólo Yo.

 

 

 

  © Miren Agur Meabe


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