Un morse extraño

se me formó poco a poco en las entrañas.

Yo temblaba al pensar

que tal vez no bastaría

la ortopedia del sentido común

para fijar prótesis

en la grieta abierta por aquel nuevo registro.

 

Después le nacieron alas a mi piel.

La velocidad me asustó

pero un tecleo liliput me alegra a todas horas.

 

 

 

  © Miren Agur Meabe


www.susa-literatura.eus