Fui hacia ti
porque me tirabas como la correa al perro.
Esas palabras que dijiste sin más
las tomé en exclusiva,
como si entre tú y yo hubiese un duende cuentacuentos
repartiendo medicinas o practicando psicoanálisis.
Fue en balde.
Tu pensamiento no se acercó a leer el mío.
© Miren Agur Meabe