Igual que reconoces

la danza de los delfines o el aroma de limones en el viento,

reconoces mis palabras torpes

hoy que revivimos nuestro amor bajo la bruma.

Mi sonrisa sale fácil

cuando la espuma azul de la lluvia traspasa la costa.

El relente invade las ventanas de la casa.

 

Te alejaste de mí, ya sé que te alejaste

pero sigues siendo mío en los cuerpos que tocaste.

 

En el viaje que resumen las rayas de tus manos,

en las cartas geográficas de todo lo que callo

nos hace señas y guiños el eco de las ansias,

la amenaza de una siempreviva terrible nos delata.

No te extrañe que te acoja

cuando la niebla de humo aturde a la isla triste.

El helecho humilde gotea entre las tejas.

 

Te alejaste de mí, ya sé que te alejaste

pero sigues siendo mío en los cuerpos que tocaste.

 

 

 

  © Miren Agur Meabe


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