Ven.
Si te acercaras como si nada
a los gestos que te hace el yugo de mis músculos,
seguro que la fusta de tu piel domaba
este ronquido de pasión tanto tiempo cohibido.
Y si te acercaras
a estos ojos de mar desparramado,
seguro que tu guiño liberaba los barcos del deseo
como se sueltan los niños que crecen de repente.
O si te arrimaras
a estos labios de mora,
seguro tus besos cancelaban el "se acabó" de mi boca
y yo firmaba...: deudas liquidadas.
Mira en mi piel cómo hierve la espera.
Me ofrezco barata como mayo sus flores.
Ven. Para lo que haz de hacer, no tardes.
© Miren Agur Meabe