Recoge el pálido flujo de mi media luna helada,

el azucarado almíbar de mi sexo de platino.

Apresa la olvidadiza curva de mi cintura resentida.

Redondea el triste óvalo de mi pecho permanente,

tritura con tu boca mis pezones tan amargos.

Hasta que los peces pájaro nos vean caer de lado,

hasta que saliva y semen sean viento en mis labios.

 

 

 

  © Miren Agur Meabe


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