NOTAS PARA CONSERVAR LA MEMORIA ­ 3

 

Llovía sobre mi clítoris.

Los relámpagos acudían con fulgores a tu pecho:

parecía que sangrabas.

Pero eran sombras

que buscaban descanso en la llanura de tu piel.

Tu sexo olía a humo,

pardo y viejo.

En cambio, yo debía de ser azul,

y me robaste oxígeno

de mis rosados agujeros.

Tus dedos marrones en mi vagina

fueron ramas ásperas y otoñales.

Sacaste un pañuelo de papel, no sé de dónde,

y lo tiraste por la ventanilla,

húmedo y arrugado.

Mis senos ansiaban reventar.

Llovía sobre mi clítoris.

 

 

 

  © Miren Agur Meabe


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