El hombre y su palabra

El escritor vasco (IV)

 

Martín de Ugalde

 

      No sé si me he hecho comprender de Raúl Guerra Garrido.

      El escribió un artículo; yo, cuatro cortos y por temas, con la intención de divulgar aspectos que son más fáciles de comprender en su evidente complejidad de esta manera separada.

      Sólo espero no haber herido demasiado al lector que piensa de otro modo.

      Porque, un poco, es inevitable.

      Hay una contradicción, al menos me lo parece, entre la defensa radical que hace Raúl de la lengua materna como modo de expresión mejor, y su prevención contra su mitificación: «Por otra parte, no se debe mitificar el idioma, puesto que no se piensa en palabras, sino en imágenes».

      Pareciera que antes había escrito pensando en su castellano, y ahora pensando en la lengua de los otros.

      Aquí tenemos que aceptar, y defender todos la complejidad.

      La del País, la de la Lengua.

      No estoy de acuerdo en que el hombre no piense con palabras, porque creo que sólo mediante la palabra ha sido el hombre capaz de pensar. Este es un matiz. Pero estoy de acuerdo cuando dice que «...la palabra no es la naturaleza de la idea, sino su medio de expresión». Yo creo que la palabra es también esto. Pero es, a mi juicio, más que esto, porque este medio de expresión que es la lengua es eso, su vehículo, pero es a la vez la introhistoria del pueblo que la habla, como quería Unamuno, la historia del pueblo que no ha sido contada. O sea, que la lengua no sólo refleja la cultura, sino que es el testigo y el acumulador de la tradición, y una realidad histórica.

      Por esto es tan importante la lengua de cada quien para Raúl Guerra Garrido y para mí; por esto la estamos defendiendo ahora; por esto la seguiremos defendiendo como algo vital.

      Porque el hombre es, como decía Humboldt, hombre por la lengua.

      Pero ocurre que no todos tenemos la misma, y no todos defendemos, claro es, la misma lengua. Aceptamos la complejidad de hablar lenguas distintas, y estoy seguro que nos entenderemos mejor que obligándonos a hablar la misma lengua. La tolerancia engendra respeto, y el respeto, amistad.

      Seamos amigos defendiendo todos la Lengua como parte integral del hombre.

      Es la justicia.

      Y recordemos en esta justicia que al euskera se le debe la restitución de muchos despojos brutales.

 

Deia, 1978-01-29

 

 

 

© Martin Ugalde

 

 

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