Sobre el escritor vasco

 

Raúl Guerra Garrido

 

      Atzo jakin zen «Nadal» literatura saria nork jaso zuen. Raul Guerra Garridok irabazi zuen lehen sari hori; orain Jose Asenjok eskuratu du.

      Raul Guerra Garridok, orain urte bete irabazi zuen «Nadal» saria «La lectura insólita de El Capital» obrarekin. Idazle honek, EGINentzat idatzi du, gaztelaniaz idazten duten euskal idazleek dituzten problemez.

 

      En demasiadas conferencias, cursos y libros sobre la cultura vasca, al llegar el turno a la nómina de escritores se produce una ausencia que oscila entre la ignorancia pueblerina o el insulto demagógico: la ausencia es la de los escritores vascos que se expresan en castellano. Es obvio que apurando el término la única identidad de una literatura es la identidad lingüística y en consecuencia los escritores vascos en lengua castellana están vinculados a la literatura de los veinte países que se expresan en español castellano, pero no es menos obvio que una cultura no es exclusivamente lingüística y que los escritores cuya ausencia estamos comentando están de hecho inmersos en otros aspectos de la cultura vasca. El no pertenecer a una literatura sirve de coartada excluyente de toda una cultura: El razonamiento no parece serio.

      Por escritor vasco entiendo, y esto es fundamental, a todo vasco que escribe con intención literaria, o cultista en temas varios, sin que sea admisible, por aquello de la libertad, el que tenga que ajustarse a unas coordenadas previstas para ser así calificado. Por vasco está claro que se entiende, después de las elecciones generales del pasado junio, a todo aquel ciudadano que suda su plusvalía en Euskadi, definición que parece les cuesta digerir a ciertos sectores de nuestra sociedad, a pesar de lo alegremente que lo soltaban en sus mítines políticos.

      Me parece mezquino, superada la anécdota biográfica, la maniobra tendenciosa, por insinuación u omisión, demostrativa de que el hecho de persistir en el castellano, tras la dictadura, es identificarse con las fuerzas políticas que en su día prohibieron el uso del euskera.

      Tan evidente es la falacia que a uno le produce más tristeza que indignación el tener que insistir en el tema. Nadie elige su lengua literaria puesto que se corresponde, de hecho, con su lengua materna, y el que existan excepciones como Nabokov, escritor impecable en ruso, francés e inglés, no demuestra nada. La lengua materna es la herramienta ideal para transmitir a la lengua impresa nuestro pensamiento y nuestra forma de interpretar la vida: por otra parte, no se debe mitificar el idioma puesto que no se piensa en palabras sino, según el mismo Nabokov, en imágenes. Científicamente esta opinión y la contraria están por demostrar; lo que si parece claro es que la palabra no es la naturaleza de la idea, sino su medio de expresión. El hombre era un animal pensante mucho antes de empezar a hablar. Primero existe la cosa y después se la bautiza. Etc.

      Los escritores vascos en lengua castellana sufren una doble marginación, la que venimos comentando y la de no estar físicamente presentes en los focos de la elipse cultural española, Madrid y Barcelona, pero esto, bajo el punto de vista de su creatividad, resulta positivo porque las tentaciones alineantes son menores, el verdadero perjuicio se sigue para una cultura vasca en formación, en un momento crucial, que desgaja sin darse cuenta una de sus ramas más importantes. Los ejemplos de Ignacio Aldecoa (autóctono: Vitoria) y Luis Martín Santos (foráneo: Larache), por hablar sólo de los fallecidos, son altamente significantes. Si no son escritores vascos y si no se quiere que formen parte del patrimonio cultural vasco es que algo grave está ocurriendo aquí. La postura no me parece necia sino suicida.

 

Egin, 1978-01-08

 

 

© Raúl Guerra Garrido

 

 

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