Mi RECUERDO DE ARRESE

 

Bernardo Estornes Lasa

(Literatura (III), Auñamendi, 1973)

 

      No le vi más desde antes de 1936. Su aspecto era el de una persona elegante e impecablemente vestida. Daba la impresión de un hombre raro, bohemio de vida. Era picado de viruela. De sus palabras se traslucía un hombre correcto y bueno. Ideas izquierdistas. Viajero impenitente. Fue homenajeado por Euskaltzaleak en Tolosa. En ese tiempo destacan en la vida del país varios tolosarras amigos suyos: A.M. de Labayen, J. de Aristimuño, I.L.-Mendizabal, Irazusta, J. de Eizaguirre y algunos más. Este homenaje le impresionó mucho. Entre aquellos hábitos escolapios de su infancia a los que guardara rencor toda su vida hasta las sotanas y hábitos de diversas órdenes religiosas que le agasajaban ahora, había un abismo de por medio. Y es posible que estos hechos prepararan la vuelta al redil del buen pastor de aquella alma alejada. Quizás el poeta franciscano que le asistió en sus últimos momentos sepa algo de todo esto.

      De todos modos, grato recuerdo el de Emeterio Arrese, fino, elegante, poeta, reciamente euskaldun.

 

 

© Bernardo Estornes Lasa

 

 

"Emeterio Arrese / Olerki berrizte" orrialde nagusia


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